El valor de declarar

Cuando te digo SÍ, y quiero significar un NO, mi dignidad cómo ser humano se desmorona. 

Cuando te digo NO, y quiero exponer mí SI, el timón de mi libertad empiezo a abandonar.

Cuando digo que Sí SE, y en realidad NO SE, al perder la oportunidad de declarar mi ignorancia, pierdo la posibilidad de aprender y crecer.

Cuando no perdono, quedo amarrado al pasado. Y anclado al resentir me condeno a vivir.

Cuando no doy las gracias, pago un costo. El costo de no vivir gratis, en gratitud.

Cuando no declaro mi amor, mi desamor me invade y me inmoviliza.

SI, NO, NO SÉ, PERDÓN, GRACIAS, TE AMO…
Silencios e incoherencias que enferman,
DECLARACIONES QUE SANAN.

Walter Rodriguez
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Mucho más que un Sub-Campeonato

No es que sea “el partido”, ni “La final” o “La copa del Mundo”. Es mucho más. Es la voz de un pueblo. Es la forma en la que aprendimos a expresarnos, “LA FORMA” de expresarnos.

En el fútbol el hombre no es marica si llora, y las señoritas no dejan de serlo por decir una barbaridad. Comprender a un Argentino no es fácil, más aún si se trata de hacerlo desde la razón. Porque en esta fiesta que estamos viviendo no hay razón, hay pasión comandada por el corazón.

Entender el lenguaje de los Argentinos no es fácil. Es cómo nos sale, o mejor dicho, es la forma fugaz que encontramos para liberar tanta emoción contenida.

Cuando preguntamos al país hermano que SE SIENTE… más allá de la rivalidad y el folclore del fútbol, lo que realmente estamos queriendo decir es que NOSOTROS sí sabemos lo que es sentir la humillación, el afano, la represión y la injusticia.

Cuando le decimos “Chiquito” al Arquero, estamos diciéndole “SOS GIGANTE”. Porque hubo muchos años de censura y aprendimos a hablar de una forma particular.

Cuando cantamos que el que NO SALTA es un inglés, no creemos en el sentido literal de nuestro cántico. En realidad estamos, todavía, llorando los caídos y sufridos en la guerra de 1982.

Esta victoria representa 20 años de silencio, de tropiezos y levantadas. Representa la voz de un pueblo, que a pesar de caer una y otra vez, confía en volver a llegar a la cima.

Y no creo sea casual que sea un 9 de julio, porque a estos 20 años tenemos que agregarle un cero más y allí sí, podemos empezar a entender toda esta historia.
En este abrazo hay mucho más que un partido de fútbol. Hay una voz, la voz del pueblo que piensa, siente, que empieza a entender de qué se trata.

El pueblo siente saber de qué se trata.

Entender a un Argentino no es fácil. Porque ser argentino, más que una nacionalidad, es una forma particular de sentir y expresarse.
Es tiempo de gozar el tiempo, intentar racionalizar mis líneas sería un desperdicio. Ahora es tiempo de festejar y de expresarse.

y más allá del Subcampeonato... es momento de largar la pluma, abrazar a mis hermanos y gritar bien fuerte: ¡VAMOS ARGENTINA CARAJO! 

Walter Rodriguez

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¡Un gran día!

Hoy llegar al trabajo, a pesar de la lluvia, fue rapidísimo.
La mañana continuó con un premio, por haber logrado una reducción de costos importante para la empresa. 

Llegando el medio día me notificaron que había salido adjudicado mi plan de ahorro del cero kilómetro. 

Almorcé con gente importante que está de visitas en el país.
Entrando en la tarde, ¡Cerré mis vacaciones de invierno con un descuento del 30% y 12 cuotas!

Cerré el día comprando dólares baratos a unos turistas amigos de un conocido.

Llegué a casa, luego de este gran día.

No sé si hizo frío o calor. Es más, hoy no miré el cielo. Me olvidé de agradecer al chofer del micro que me llevo al trabajo. No pude atender a mi papá al teléfono porque estaba en medio de la premiación.

No recuerdo el nombre de las personas con las que comí, solo recuerdo sus cargos. Es más, no puedo recordar el gusto de la comida.

Cómo salió adjudicado el cero Kilometro, me doy cuenta que no tengo espacio donde guardarlo. Tengo un nuevo problema, o mejor dicho, un nuevo gasto, “La cochera”.

Mis planes de renunciar para dedicarme a lo que me hace feliz por ahora no son una posibilidad, estoy endeudado con algo que todavía no pasó; mis vacaciones. Y tengo que pagar la cochera y mantener el cero kilometro.

Llegué cansado a casa. No pude ir a ver a mi sobrina al acto porque estaba en ese gran almuerzo, no vi la luz del día porque estuve cerrando grandes negociaciones.

Ahora que suspiro, me doy cuenta que no respiré profundo en todo el día.

Salí de noche, llegue de noche. Mi hijo está durmiendo. No vi el cielo, ni me conecté con la gente, no pude atender por teléfono al viejo… que está viejo, no pude ver la cara de mi sobrina en su primera actuación, no respiré profundo en todo el día, no tengo registro de haber ido al baño ni de haber tomado agua.

Todo esto, invisible para mis ojos. Eso sí:

¡Fui premiado, tengo cero kilómetro, Vacaciones pagas y dólares en mi bolsillo!

¡Que gran día! Dice mi razón
Mientras mi alma se caga de la risa con ironía.

Walter Rodriguez
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Casamiento

Yo me tomo a mí, y me acepto. 
Prometo serme fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad y amarme y respetarme todos los días de mi vida. 

Lo que mi declaración acaba de unir, el hombre no lo separe . 

Que así sea. 

Walter Rodriguez
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El canto del pájaro

Donde estoy me siento canario, canario en jaula de metal.

Puedo ver mis alas, pero no puedo volar.

Puedo incluso cantar, me acompaña un ritmo que no es mi tono.

Es, acaso, un cántico que solo gusta a los demás.



Me alimento todos los días, la jaula representa seguridad;

Si mi alma está desnutrida y mi espíritu inseguro,

¿De que sirve esta realidad?



Soy canario de varios años, Incluso la puerta sin candado está.

Es cuestión solo de empujar, pero tengo miedo de ser libre,

En la negatividad y resentimiento no quiero quedar.

Estoy moviendo mis alas poquito a poco, Estoy planeando planear.



Agradezco a esta jaula, la comida y al palito que me dio estabilidad.

No reniego de su origen, sin ese confort hoy mis alas no podría re-estrenar.

¡Tengo ganas, ya se viene, un nuevo vuelo y un nuevo cantar!

Walter Rodriguez
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Mejor, que no haya nada

Si no tenés más ganas de llegar a tú tribu, a tú hogar, que no haya nada.

Si no querés entrar más a la cancha, que no haya nada.

Si no queres cantar más, ni pintar, ni crear; que no haya nada.

Si no vas a honrar tu trabajo, tú dádiva, que no haya nada.

Porque si no va a haber amor, mejor, que no haya nada.

Y cuando no haya más nada, ya no habrá más nada,

porque aparecerá algo, pero si ese algo es sin amor, mejor,

Que no haya más nada.

Walter G Rodriguez
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Papá de una persona con Sindrome de Down

Este mensaje es para vos, o vos; que estás pronto a ser mamá o papá o que lo fuiste recientemente junto a la noticia que tú niño o niña nació o nacerá con Síndrome de Down.

Antes que todo quiero decirte que te ENTIENDO, pero sobre todo TE SIENTO. Porque yo estuve allí hace poco más de tres años atrás, en ese mar de emociones que te encontrás vos.

Mis líneas no tienen otro fin que compartirte mi mirada del mundo.
Cuando me refería al mar de emociones, es probable que estés transitando la tristeza, la angustia. Y tiene sentido. Lo que probablemente te está pasando es que recién hayas iniciado el duelo. ¿Qué duelo te preguntarás, si no hubo muerte? Bien, la tristeza nos conecta con las perdidas, no necesariamente con la muerte en sentido biológico. Seguramente, en tu mundo lingüístico, en tu cabeza, en tus ideas, en tus sueños, le habías dado forma a esa criatura. No solo le elegiste nombre, sino que pensaste para Él/ella un colegio, un deporte, amigos, novio o novia… En síntesis, proyectaste algo que solo estaba en tu mundo futuro; y esa idea es la que acaba de morir, en tus adentros.

Puede que estés atravesando el miedo, en cualquiera de sus formas: Te sentís paralizado, o ansioso investigando sobre la trisonomía en el par 21, o con incertidumbre de cómo será el futuro en su adultez cuando sea discriminado o cuando simplemente ya no estés con el o ella…. Y es lógico: El miedo nos protege, marca los límites de nuestra alma. Muestra cuál es el límite de nuestra vulnerabilidad.

¿Qué hay de la bronca? La Rabia explota cuando algo nos parece injusto. ¿Por qué a mí? Puede que sea una pregunta que te de vueltas una y mil veces. La injusticia de que algo que debía ser normal sea anormal. Pero no te culpes, nada de lo que haya pasado puedes cambiarlo. En definitiva lo justo o injusto, el blanco o el negro, el capacitado o discapacitado depende del observador que seas del mundo.

Puede que todas estas emociones te estén perturbando, puede que solo algunas. O puede que sean otras que Yo no haya podido identificar. Todo es posible, porque sos un auténtico “OTRO”, al igual que tu hijo. 

Las emociones tienen su razón de ser, traen consigo un hermoso mensaje. El escucharlo o no, hace a la diferencia de permitir drenar y liberar esa emoción, o quedarnos atrapados en ella. Eso, en palabras simples, es convertir la emoción en un constante estado de ánimo.

¿Te imaginas que pasa si tu rabia queda atrapada en vos? Vivir en el RESENTIMIENTO puede ser una explicación, y un costo muy alto.

¿Y quedarnos en el miedo paralizados? Podría ser vivir desde una constante RESIGNACIÓN.

No podemos cambiar el hecho. Dicen que el pasado es tan POTENTE que ni dios puede cambiarlo. Lo que sí podemos hacer es elegir la explicación que le damos a lo sucedido.
Me gusta creer que la vida es 1 % lo que ES y 99% cómo nos la tomamos.

Te invito a recibir tus emociones, te conectes con ellas, las abraces y las liberes; porque hay alguien esperando a enseñarte muchas cosas; y también hay alguien o muchos, cómo yo, diciéndote:

Felicitaciones, Serás un excelente Papá o Mamá.

Walter G Rodriguez
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Mi ex Jefe

Y ahora, que no lo considero más mi Jefe, puedo decir que me siento amigo de Dios. 

Walter G Rodriguez
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¿Cuál es mi cara?

¿Qué cuál de todas es mi verdadera cara? 

¿La de extravagante o la de presumido?
¿La de amante o comprometido?
¿La contemplativa o la destemplada?

¿Qué cuál de todas es mi verdadera cara? 

Te respondo con literatura, es que tú “o” no es bienvenida en mi poesía.
Mis mayúsculas la ignoran, mis minúsculas la esquivan.
No cabe en mis diptongos, ni triptongos. ¿Entonces donde la pongo?

Te respondo con literatura, es que tú “o” no es bienvenida en mi poesía.
Guárdala en tu lenguaje, más yo te regalo una “Y” que no es de estos pagos.
Es griega y abarcativa, es enorme, contradictoria y divertida.
Es holística, ontológica y superlativa.
Todo lo une, todo lo hace posible; porque es extravagante y presumida,
Amante y comprometida.
Contemplativa y destemplada.

Todas ellas es mi verdadera cara.

Más que tú elijas solo una, no es mi mambo. Es tu fantasía.

Te regalo mi amiga griega, te devuelvo tu “o” segregativa.

Abrazos que unen,
Walter G Rodriguez
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Perdón

El valor liberador del perdón:

No es que te perdone por vos, te perdono por mí. Porque quiero ser libre, justamente de tu presencia.

Walter G Rodriguez 
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Mi Citroën Amarillo

Me quedó dando vueltas eso que “sabemos de las cosas, pero no aprendemos de ellas”.

Sabemos de los árboles, del las corrientes marinas, sabemos de todo. Pero no sabemos aprender de estos.

 ¿Qué es aprender? ¿Cómo aprendí a aprender?

¿Qué puedo aprender de un auto? ¿Qué puedo aprender de un barrilete?

Me he dado cuenta que vivo apurado. Vivo de prisas. Me levanto apurado, descanso apurado, cago apurado, y a puro apuro ando andando sin saber donde mi mando me está llevando.

¿Qué hago con el tiempo que gano estando apurado?

Cuestión que me compré un Citroën Amarillo.

Es un auto muy básico, tiene tecnología muy simple.  Pero anda, y no sé si será que me conecta con mi infancia, acaso con el auto con el que aprendí a manejar, no lo sé, pero arriba de ese auto no ando apurado. Primero que nada porque no puedo. Las limitaciones propias de su mecánica y andar son la respuesta. Y segundo, porque estando arriba solo voy.

Mi Citroën amarillo me conecta con el presente, con la simpleza. Con la más profundo de mi ser.

No tiene aire acondicionado, pero su capota es desmontable y me permite conectar con el cielo.

No tiene cierre centralizado, pero al cerrarlo me conecto con El. Si sí, con El. Con el Auto. Camino a su alrededor chequeando puerta por puerta. Y en ese chequeo le agradezco el haberme llevado.

No tiene estéreo, ni radio. Entonces aprendí que cuando voy solo, no voy solo, voy conmigo. Y cuando voy con alguien, no voy con alguien, vamos juntos. Dialogando, con-versando. Y entre verso y verso me conecto.

Vaya a saber porque, pero la gente mira el auto con agrado. Y yo, les sonrío. Y los niños me saludan.

Me conecta con también con las miserias, las mías y la del país en el que vivo. Es que no tiene seguridad, es un auto fácilmente sustraíble.  Y mi miedo, me conecta con la tristeza.

No recuerdo otro auto que me haya enseñado a nutrirme del cielo para refrescarme, ni a agradecerle cada vez que me trasportara a algún lado, tampoco recuerdo sentirme tan conectado con la gente y conmigo al andarlo. Me está enseñando. DisfrutándoLO y DisfrutándoME se llaman la cátedras.

Sin embargo, pareciera ir en contra de la corriente tener un auto viejo sin tecnología.

Pero me quedo con lo que dijo mi amigo el barrilete “Yendo contra la corriente vuelo más alto”. Yo no sé si más alto, pero más CONTENTO, seguro. J

A mi Citroën amarillo, con mucho afecto. 
Wal
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Si pudiera....

Si pudiera desafiar el tiempo tal y cómo lo conozco, si pudiera hacer de esto un juego, entonces te arrancaría de este presente, con todos tus tesoros, y una vez despedido de tus anclas, y solo si pudiera, te llevaría a ese pasado que tanto te susurra y amarra. Y te pararía en ese preciso momento. En ese momento que bien sabes, y dándote un beso en la frente y viendo salvaguardado tus tesoros te diría: "Ahora puedes comenzar de nuevo. Puedes diseñar de nuevo tu futuro y hacerte cargo de El". Y me llevaría a mi presente tu rostro iluminado, lleno de risas y liviandad.

Pero, amigo mío, yo no puedo hacerlo. Al menos, tal y como conozco hoy en día al tiempo.

Entonces solo te regalo una frase de mi juego, de mi sueño: "ahora puedes comenzar de nuevo. Puedes diseñar de nuevo tu futuro y hacerte cargo de El". Tal vez puedes empezar a practicar con tu sonrisa y mandar al carajo tu pasado. Tal vez así, encuentres esa liviandad que tanto andas buscando. 


Walter Rodriguez
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Foto: http://urgente24.com/areax/2012/01/camuflaje-temporal-el-pentagono-tiene-la-maquina-del-tiempo/

Mi ser coach

Había perdido la capacidad de asombro, pero algo hizo doble click en mi corazón. Así comenzó esta historia.

Cerré los ojos y empecé a ver, ver que lo mio eran relatos y no testimonios del alma, eran historias que había inventado o, acaso, comprado.
¿Vivo o sobre-vivo? Me pregunté.
Sobrevivo, me respondí, es que había dado el timón de mi ser a la hiper-racionalidad que sin razón oprimió mi sentir.

De a poco, empece a ver lo que NO sabía que NO sabía. Porque ver lo que no sé siempre me resultó fácil, en cambio....

Y vi, entonces, que los grupos perfectos tienen personas imperfectas. Que pertenezco a un hermoso grupo llamado humanidad y otro llamado planeta.
Vi mi dolor. ¡Uff! Pero luego lo ví desde un nuevo ojo, desde una oportunidad única de transformarlo en un regalo. Y cómo la vida me había entrado en penal, decidí jugarla. Jugaba con ventaja. ¡Jugala que es gratis! Me grito alguien de arriba.
Y sentí desde la barriga que a todo lo que resistía, persistía; y más aun, cuando resistía solo. Porque soy separado, pero soy todos al mismo tiempo. Por eso, sentí en el pecho, no soy yo sin tu, el o ellos. Soy nosotros.
Esto no me lo enseño la ciencia, es que la ciencia niega la cons-ciencia, me lo enseño la tierra, el agua, el fuego, el viento.

Y ahora que se soy todos, se que soy mis ancestros, los ancestros de mis ancestros. Los que conocí y los que no.

Soy un orgasmo del tiempo, fugaz.
Vive en mí África, su danza y esclavitud.
.Viven en mí los pueblos originarios de América, su sabiduría, dolor y desarraigo.
Vive en mi la bella Europa, y también sus vergüenzas y atrocidades hechas en nombre de la verdad.
Vive en mí Mahoma, Cristo, Buda. Viven los animales, el mundo mineral. Vive en mi energía y vibra el mundo y su historia. En fin, vive en mí el universo.

Y un poco mas calmo, abrí los ojos y apareció algo, alguito. Vi que veo como siempre he visto, que sin cambio de observador no hay cambio.

Así pues, comprendí que la alegría genuina proviene de la gratitud. Que no hay felicidad sin servicio.
Que no aprendo acerca del mundo, sino CON el mundo.
No me fue fácil perder el miedo a la oscuridad ya que apareció el temor a la claridad. Pero la enfrenté, me encontré con mis vergüenzas y también con mis dones. Si si, mis dones estaban ahí donde no quería mirar.

Ese fue el inicio del camino que sigo recorriendo, desde el EGO hasta mi ser.
Gracias a mis imposibles aparecieron mis posibles. Y ¡al diablo con eso que la muerte es un mito!. ¡La vida es un mito! , el mito del emocionar. Y en consecuencia declare mis expresiones en EX - Presiones. Ya no mas prisión. Liviandad y libertad.
En mi soledad había andado rodeado de gente, pero no supe verlos. ¿Como es que nunca me percaté que los superheroes siempre andaban solos?.
Del cielo a la tierra en vuelo directo aterrice. Que loca idea tenia sobre la tierra. Hasta creí ser dueño de una porción de ella sin siquiera saber con-vivir EN ella.
Pero con esa consciencia declaré solemnemente ser FELIZ y soñar.
Soñando me hallé mago, rey, amante, guerrero y madre. Me definí agua, cíclico y vital. Sanador, alimento y vacío, transporte y conductor. Me escurro y penetro, crezco y apago, me evaporo y vuelvo a fluir en lluvia o por algún canal.

No me han certificado como Coach Ontológico por este recorrido, sino por seguir CONFUNDIDO, validando mi reconocimiento que el estarlo NO es estar fuera o lejos del camino, es PARTE de mi destino.

Señoras, señores, universo finito e infinito: Me han declarado oficialmente COACH, juré por el planeta ser un regalo para la vida.

A mi mami y mi hijo con mucho cariño. Wal 

La Barrera

Y finalmente ahí estaban, en la recepción del lugar decidiendo. Ella estaba totalmente convencida. Leo de nuevo…. ¿estaba convencida? En realidad no, estaba dispuesta; la curiosidad y el deseo había llegado muy lejos, más lejos que sus principios, su moral y por sobre todo sus miedos; miedos a revivir el pasado no tan lejano que endebló todo ámbito emocional de su propia existencia. Pero el parloteo estaba ahí, no se había ido del todo y en un sinfín de sensaciones, cosquilleos, temblores y sudores sabía que seguía allí, al límite de romper aquello que había prometido no volver a quebrajar.  Y Él, astuto, lo sabía, y no aceleraba el trámite porque deseaba también estar libre de culpas. Y no consigo mismo, para nada; con ella misma. Mezcla de orgullo y liberación deseaba que estuviese convencida y de allí su lentitud al ingresar. Pero ella lo soporto. Vuelvo a leerme… ¿Lo soportó? Creo que se entregó, sintió cómo quién pisa una mina en plena guerra sabiendo que no hay vuelta atrás y sin ejercer el acto ya sabía, sentía, que la explosión era inminente.

Y entraron… pasaron la barrera y allí la puerta se abrió y otra se cerró; y allí dentro todo fue diferente. No sé si cómo lo soñaron, cómo lo desearon; pero hubo una comunión que solo ellos podrán entender.

¡Se conocían tanto! Pero en descubrir sus cuerpos eran neófitos. ¿Y que hacer allí? ¿Por donde empezar? Ante un silencio, y lejos de ser incómodo pero raro por donde se lo viese, ella se liberó de aquellas pertenencias. Pelo suelto, no billou, no al anillo. Y en una energía liberadora se mezclaron en un abrazo. Un abrazo no sexual. Un abrazo cuasi fraternal. Un abrazo que fundió los pellejos en una sola capa, una sola piel jóven, un aura capaz de dejar atrás todo sentimiento de arrepentimiento y de protegerlos ante todo lo malo.

Y así El descubrió su cuello, y lo saboreo. Y así continuó la historia...

Walter Rodriguez

Eterno aprendiz

Resultó ser, y no podía ser de otra manera, que el Preescolar no era suficiente. Tener los hábitos mínimos de comportamiento e higiene no me iba a liberar de la educación formal que, con tanto esfuerzo, mis padres brindaron. Y fueron por más, me hicieron ir por más. Ajustando los bolsillos, dejando el fiambre un poco de lado, completé el ciclo Primario en una institución privada.

Pero ya no era cómo antes, donde con primero inferior, primero superior y cinco subsiguientes años era suficiente. Ya no. Y fueron, me hicieron ir, por más.

Así terminé el colegio secundario.

Pero algo faltaba, ya no alcanzaba con el título secundario, sin un título de grado… no sos nada. Y yo lo creí, ¿Cómo no lo iba a creer?, si lo decía la televisión y mis profesores.

Así me embarqué en otros 6 años de educación Universitaria.  Ya no obligado por la ley ni por mi Padre. A esa altura ya iba obligado por un discurso social, y sin cuestionarlo, comencé a transitar esa linda etapa de mi vida.

Graduado, el mundo corporativo me guiñaba un ojo y me tiraba un centro, “Para diferenciarte, tenes que hacer un Posgrado”. Y bueno, si la gente importante me lo decía, ¿Cómo no iba a hacer caso a tamaña premonición?

Pero no fue suficiente. Sin idioma, imposible entrelazarse en este mundo globalizado;  así comencé a tartamudear otros idiomas hasta, mal que mal, dominarlos.

Pero pareciera ser que sigo siendo insuficiente.  Pienso y pienso, y tal vez encuentro la explicación en una carencia que tengo: No hice salita de 3 ni jardín Maternal. ¿Será eso?

Me doy cuenta que no soy suficiente, porque no me enseñaron a escuchar, me exigieron escuchar. No me enseñaron a preguntar, me obligaron a responder.

No me enseñaron a respirar. Loco, pero no me lo enseñaron.

No me enseñaron a expresar mis emociones. Mejor dicho, sí me enseñaron, me enseñaron tres de ellas: estar bien, estar mal y estar más o menos.

Me enseñaron literatura, lengua, gramática e inglés. Pero no me enseñaron la compasión, ni el mirar a los ojos para conectarme con un ser HUMANO.

Me enseñaron matemáticas, trigonometría, cálculo… y se olvidaron el número más importante: UNO. Uno mismo. Es que, no me enseñaron a quererme tal y tan simple y complejo cómo soy.

Me educaron mi físico, pero nadie me enseñó que es mucho más que un envase. Nadie me dijo que mi guata es la que me avisa cuando algo raro está por pasar, porque nadie me enseño que mi cuerpo Hablaba: ME HABLABA.

Aprendí a tocar el Toc Toc, el triangulo, la Flauta y el bombo. Aprendí a bailar pasos repetitivos y sincrónicos de música de moda. Pero nadie me enseño a fundirme en la música y a bailar tan solo por bailar sin miedo al ridículo ni a la arritmia.

Agradezco enormemente, con el alma expuesta a cielo abierto, a mis viejos por todo lo que me dieron, que fue su todo. GRACIAS.

 Me gusta creer que gracias a este recorrido puedo declararme un eterno aprendiz.

Y no puede ser para menos, si todavía me falta aprender a escuchar al otro, a preguntar, a RESPIRAR, a expresar mis emociones, ponerle nombres, a compadecer y autentificar al otro cómo un verdadero otro, a QUERERME,  a escuchar mi cuerpo, escucharME, a fundirme en la música y bailar tan solo por bailar.

Tan aprendiz soy, que me siento con la misma alegría y entusiasmo de hace 30 años atrás, más precisamente de aquel diez y pico de Marzo de 1984, cuando llegué con un delantal azul al jardín de infantes, lugar donde iniciaría mi escolarización y proceso de educación formal.

Indudablemente, para mí, no entendí nada. Y doy gracias a Dios de verlo y sentirlo. Es que así, ya estoy pudiendo barajar de nuevo.

Walter Rodriguez

@Rodriguez_wal

*Foto extraida de la página http://duniamelilla.blogspot.com.ar/